Hace unos días compré unos botes de bonito del norte en Aldi y con uno de ellos hice un bonito encebollado cuya receta anda por aquí, pero como me sobró uno y tenía pisto congelado, he decidido hacer este plato original y sorprendente que espero que os guste.
El CRUMBLE es un pastel originario de Inglaterra, hecho fundamentalmente con frutas y recubierto con una pasta hecha a base de mantequilla, harina y azúcar y gratinado en el horno. Normalmente suelen ser dulces, pero esta es una versión salada de este pastel que resulta francamente exquisito.
INGREDIENTES PARA EL PISTO:
- 1 calabacín
- 1 berenjena
- 1 cebolla
- 2 dientes de ajo
- 1/2 pimiento rojo
- 1/2 pimiento verde
- Una lata de tomate natural triturado de 1/2 kg.
- Sal, azúcar y AOVE.
- Cortamos las verduras a cuadraditos pequeños.
- Rehogamos en un fondo de aceite el ajo, la cebolla y los pimientos.
- Una vez pochados, le añadimos el calabacín y por último la berenjena y rehogamos hasta que estén blanditas.
- Añadimos la lata de tomate, rectificamos la sal y echamos una cucharadita de azúcar para contrarrestar la acidez del tomate.
- Dejamos cocer el pisto durante unos 20 minutos aproximadamente.
Si no os quereis complicar mucho la vida, podeis hacer un pisto precocinado o congelado. Os saldrá igual de bueno.
- 200 grs. de harina
- 80 grs. de mantequilla fria
- 2 yemas de huevo
- 1 cucharada de orégano
- 10 grs. de sal
MONTAJE DEL CRUMBLE:
En un recipiente cerámico o una fuente de pirex, disponemos el pisto, sobre él, añadimos algún tipo de queso cremoso (yo en este caso usé lonchas de queso mozzarella) y napamos (cubrimos) con la mezcla del crumble e introducimos al horno precalentado unos 180º durante veinte minutos, hasta que se nos dore la superficie.