Ayer me levanté temprano, siempre lo hago, da igual que sean dias entre semana, festivos, fines de semana, haya trasnochado o no, yo ahí, dando el cayo desde tempranito, pero era sábado y tenía todo el fin de semana por delante para disfrutarlo, así que bajo a la cocina de muy buen humor para empezar a preparar el desayuno y conforme entro en ella descubro dos ojos rojos escudriñándome, vigilándome, observándome, pero no me acobardo, y como los tengo bien puestos, con valentía me encamino hacia ellos con paso firme y cuando estoy a un par de metros de distancia.....ARGGGGGGGG! descubro con horror que se trata de los pilotos de alarma del frigorífico. Están de color rojo, y emulando a Macaulay Culkin en "Solo en casa I, II, III, IV y V", coloco mis manitas en la cara y con los ojos desencajados emito un alarido ahogado (como pa dentro). Descubro entonces que mi frigorifico ha muerto. Me acerco, no respira, así que decido practicarle una eutanasia activa.....LO DESENCHUFO, y su alma se va, ya no hay luces rojas, pero en su interior, sus órganos siguen vivos, mis filetes de pollo, mi estofado de cerdo, mis huevos y mi rabo (no podia permitir que mi rabo se echara a perder). Rapidamente y para conservar lo que había en su interior me dirijo a la gasolinera más próxima y compro bolsas de hielo. Eso me da margen para acometer mi siguiente acción: buscar a alguien que reanime y cure a mi Frigo. Salgo dando tumbos de casa y cual Eduardo Noriega (más quisiera) en "Abre los ojos", me encuentro recorriendo las calles solitarias del pueblo. No hay coches, nadie atiende a mis llamadas de socorro. ¿Donde coño está la gente? Nadie, ni gente ni leches. Vuelvo a casa y llamo al servicio técnico, que en su página web y de manera literal reza: "ASISTENCIA 24 HORAS, 365 DIAS AL AÑO. NUESTRO SERVICIO TÉCNICO NO DESCANSA PARA SU SATISFACCIÓN".... Y UNA MIERDA: "No, hasta el lunes no podemos desplazarnos hasta su domicilio" (¿Donde está la crisis?). A la desesperada llamo a otra de las empresas que te garantizan la reparación en el mismo día. Son las 11:15 y el susodicho me garantiza que en 15 minutos está en casa. Y OTRA MIERDA. Aparece a las 13:45 (Conste que fué llamado 3 veces y las 3 estaba llegando). Esto es España (pienso) pero no, no eran españoles los jodios y no voy a rebelar su nacionalidad para no herir sensibilidades. Después de un examen exahustivo (2 minutos) me confirman que mi Frigo (que era de los güenos y que me ha durado 4 años) ha sufrido un infarto. SÍ SEÑOR, me dicen, LE HA FALLADO EL CORAZÓN. El motor ha hecho CAPUT. No quiero alargar más las historia por hoy, no quiero aburriros, pero que sepais que sigo sin frigo, así que he tirado de lo que tenía congelado para poder alimentarnos hoy y aunque no lo creais, estoy depre, MUY DEPRE, así que os dejo con una entrada que tenía preparada para la Semana Santa de 2013.
Las espinacas con garbanzos es un plato típico de la cuaresma sevillana y aquí no es difícil encontrar bar o restaurante donde no las sirvan. Aunque es un plato más típico de invierno, en casa lo consumimos todo el año, eso sí, en verano con un buen aparato de aire acondicionado al lado.
Las espinacas con garbanzos es un plato típico de la cuaresma sevillana y aquí no es difícil encontrar bar o restaurante donde no las sirvan. Aunque es un plato más típico de invierno, en casa lo consumimos todo el año, eso sí, en verano con un buen aparato de aire acondicionado al lado.
INGREDIENTES:
- 500 grs. de garbanzos. (Para los más impacientes, podeis usar de bote. Os dejo).
- 1 kg. de espinacas. (Bueno venga, también podeis usarlas de bolsa, incluso congeladas, los que tengáis frigorifico, SNIF.)
- 3 dientes de ajo.
- 1 rebanada hermosa de pan blanco.
- 2 cucharaditas de pimentón dulce.
- 1 cucharadita de moca de comino en grano.
- 3 cucharadas soperas de un vinagre suave.
- 1/2 vaso de aceite de oliva virgen extra.
- Sal.
- Poner en remojo los garbanzos en abundante agua con sal durante 12 horas al menos.
- Cocer los garbanzos en cualquier tipo de olla hasta que estén tiernos.
- Los escurrimos y lo volvemos a poner en la olla.
- Limpiamos las espinacas y las troceamos si son frescas, y si no, directamente de la bolsa a la olla donde la coceremos, con abundante agua con sal, a fuego lento durante unos 10 minutos.
- Las sacamos, escurrimos y vertemos en la olla de los garbanzos. (No tiramos el caldo de la cocción, por si quedaran un poco secos poder añadirlo al guiso.)
- En una sartén con AOVE caliente, echamos el pan troceado y los ajos enteros y pelados y le damos vueltas hasta que el pan se dore.
- Retiramos la sarten del fuego y cuando el aceite se temple, echamos el pimentón, el vinagre y el comino. Damos unas vueltas.
- Vertemos el contenido de la sartén en una batidora y trituramos hasta que quede una pasta homogénea.
- Echamos la mezcla en la olla con los garbanzos y las espinacas, rectificamos la sal si hace falta y dejamos a fuego muy lento durante unos 10 minutos para que se mezclen los sabores. Si veis que el potaje queda un pelín seco, podeis añadir un poco de agua de la cocción de las espinacas.