Esta semana tengo la lengua suelta y me ha dado por "criticar" a todos mis compañer@s bloguer@s. Hoy le toca a Mary, de "CUCHILLITO Y TENEDOR" pasar por el Tribunal Calificador de Aisha Kandisha, así que Mary, agarrate que vienen curvas...
...Os pillé. Pero qué morbosos sois!!!, ¿pensabais que iba a hablar mal de Mary? Pues os vais a quedar con las ganas. Si algo tengo que decir de ELLA (con mayúsculas) es que es la elegancia personificada, no he visto persona más exquisita a la hora de elaborar sus entradas, en sus comentarios, siempre alentando a los demás, siempre con una sonrisa, siempre con ganas de aprender y de enseñarnos lo aprendido, de compartir con los demás su pasión por la cocina, y esta es mi particular manera de rendirle homenaje y darle las gracias por estar ahí día tras día y espero que por mucho tiempo.
Aunque no hay blog que no tenga entre sus recetas un fantástico "GUINNESS CAKE", por alguno me tenía que decantar, así que esta vez le cogí prestada la receta a Mary y el resultado salta a la vista. Me sorprendió tanto que ni siquiera me molesté en hacerle un frotis, UY! perdón, quería decir un frosting ni de queso ni de chocolate ni de nada de nada. Decidí dejarlo desnudito, tal como vino al mundo. Aún así quedó espectacular y no dudo que esté fantástico con alguna de dichas coberturas.
INGREDIENTES:
- 250 grs. de harina de trigo
- 75 grs. de cacao en polvo
- 370 grs. de azúcar
- 3 cucharaditas de bicarbonato
- 250 grs. de cerveza Guinness
- 220 grs. de mantequilla
- 120 grs. de nata líquida
- 2 huevos
- En un cazo a fuego medio ponemos la mantequilla en dados y la cerveza, removiendo constantemente hasta que se funda del todo, sin que llegue a hervir. Dejamos templar unos minutos.
- A continuación añadimos la nata y los huevos y removemos bien.
- Seguidamente añadimos el resto de ingredientes sólidos, mezclandolos muy bien hasta que estén totalmente integrados. Aunque la masa os parezca muy líquida, no os preocupeis que vereis como sale estupendo.
- Vertemos la mezcla en un molde engrasado con mantequilla y llevamos al horno precalentado 180º durante una hora aproximadamente o hasta que veáis que está totalmente cuajado con el clásico método de pincharlo con un palillo.