BIZCOCHO DE LAS CARMELITAS DESCALZAS DE SEVILLA



     Decir que es el mejor bizcocho que he probado jamás sería muy rotundo. Vamos a dejarlo en uno de los mejores, y eso que al principio no pintaba bien. Llegué a pensar que era castigo de Dios.....


     La historia comienza 15 días antes, cuando mi amiga Marta, de la que no os puedo dar más información porque prefiere estar en el "economato", me regaló un vasito con masa madre de éste bizcocho junto con unas instrucciones que debía cumplir a rajatabla (comenzamos mal porque soy muy indisciplinado o mejor dicho, despistado para según qué cosas). Según las mismas, solo la recepción de la masa me procurará salud y suerte y lo mismo a quien yo regale los tres vasitos que saldrán al final del proceso. Pero visto el resultado, de regalar nada de nada, esos vasos me los he quedao yo y los he congelao. Voy a tener suerte y salud por los siglos de los siglos....amén.

     Y va a ser verdad, o eso, o que el todopoderoso ha estado controlándome, porque no había día que tuviera que hacer o añadirle algo a la masa que no se me olvidara, pero ahí estaba ÉL, para hacer que me diera un golpe con la puerta de la despensa, se me quemara la tostada o cayera rodando por las escaleras para recordarme que ahí estaba la masa. Unos 10 días que para mí se quedan, una auténtica penitencia, os lo puedo asegurar, pero llegó el día "D" a la hora "H" y después de toda la parafernalia y ya con mi masa preparada, la introduzco en el horno y cual es mi sorpresa cuando veo que el bizcocho no sube lo que me hubiera gustado (he visto bizcochos con una altura realmente fabulosa). Con la iglesia hemos topao (pensé). Esto es culpa del niño, que de pequeño nos cruzamos con una monjita y le dió por decirme: Mira papá, por allí viene Batman. Sí hijo, le dije (no quise quitarle la ilusión, pero Batman tenía de 80 p'arriba y la pobre estaba más doblada que una alcayata). Y mira papá, se va en el Batmóvil, que resultó ser una Citroën Berlingo color verde agua. Sí cariño, va a luchar contra el mal. Si a esto unimos que el niño no ha querido hacer la comunión, con el consiguiente cabreo-disgusto-desmayo de mi madre, YA TENGO EL MOTIVO POR EL QUE EL BIZCOCHO NO SUBE. Bueno, no quiero tentar a la suerte y quizás deba entonar el mea culpa. Puede que las medidas que haya usado, que ha sido la de un yogurt de cristal de La Lechera hayan resultado escasas (la próxima vez utilizaré como medida un vaso normal, de 200 ml. de capacidad), o que al final no le añadí la mitad de los ingredientes que indicaba, porque quise un bizcocho a secas, sin nueces ni ciruelas ni manzana ni naranja ni ná de ná. 

     En definitiva, un bizcocho no muy alto, pero con una humedad y sabor espectaculares, en parte gracias a la mezcla de canela, azúcar y aceite de oliva virgen extra variedad hojiblanca que le da un toque casi conventual.

     No quiero ni un comentario tipo: Que bueno, me llevo un trozo, porque no hemos dejado ni las migas...jajaja.

     Y como tampoco os voy a regalar la masa (risitas malvadas), os dejaré la receta para que podáis hacer vuestra propia masa madre.

INGREDIENTES PARA LA MASA MADRE:

  • 1 vaso de harina.
  • 1 vaso de leche.
  • 1/2 vaso de azúcar
  • 1/2 sobre de levadura Royal.
     Mezclamos todos los ingredientes y dejamos reposar durante 24 horas fuera de la nevera. A partir de ahí podemos empezar el proceso de los 10 días.


INGREDIENTES:

  • 1 vaso de masa madre regalada.
  • 4 vasos de harina.
  • 2 vasos de azúcar.
  • 2 vasos de leche.
  • 1 vaso de aceite de girasol ( yo 1/2 de girasol y 1/2 de Oliva Virgen Extra Hojiblanca)
  • 1 vaso de nueces (yo no le puse)
  • 1 vaso de ciruelas sin hueso (yo no le puse)
  • 1 manzana troceada (yo no le puse)
  • 2 huevos.
  • 1 sobre de levadura.
  • 1 pizca de sal.
  • Canela.
  • Ralladura de una naranja (yo no le puse).
  • 1 pizca de vainilla (yo no le puse).
  • Como os estais dando cuenta, no le puse casi de ná....jajaja, o sea, que me salió el bizcocho de milagro...jajaja.

ELABORACIÓN:

  1. JUEVES: Vertemos el contenido del vaso con la masa madre en un bol  y añadimos el vaso de azúcar y uno de harina. NO SE MEZCLA.
  2. VIERNES: Mezclamos con una cuchara, en teoría de madera, la masa anterior.
  3. SABADO: NO SE TOCA, CACA.
  4. DOMINGO: NO SE TOCA, CACA.
  5. LUNES: Añadimos un vaso de leche y otro de harina. NO SE MEZCLA.
  6. MARTES: Mezclamos con una cuchara.
  7. MIERCOLES: NO SE TOCA, CACA OTRA VEZ.
  8. JUEVES: QUE NO LECHES, QUE NO SE TOCA.
  9. VIERNES: LA IRA DE LOS DIOSES CAERÁ SOBRE VOSOTROS COMO OSEIS TOCAR LA MASA.
  10. SABADO: Llegó el gran día. De la masa apartamos 3 vasos que en teoría se entregarán a otras personas a las que desearemos salud y suerte. En este caso to pa mí, to pa mí.
    1. AL RESTO DE LA MASA le añadimos el resto de ingredientes, es decir, 2 vasos de harina, 1 vaso de leche, 1 vaso de aceite, 1 vaso de azúcar, los  huevos, la sal, la levadura y el resto de ingredientes opcionales y mezclamos con la cuchara de madera.
    2. Introducimos en un molde engrasado (yo espolvoreé la superficie del bizcocho con azúcar y canela) y metemos al horno precalentado 180º durante 45-50 minutos. (En mi caso fueron 50 minutos a 160º con turbo)

     
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