El membrillo es una fruta que particularmente me encanta tanto en crudo como cocinado, con queso fresco, con nueces, con foie a la plancha, en repostería, en fin, con todo, y cuya propiedad funcamental es que es muy rico en fibra.
Contiene ácido málico, que es un ácido que tiene propiedades desinfectantes y favorece la eliminación del ácido úrico. Además es regulador intestinal.
De entre los minerales que contiene, cabe destacar el potasio, fósforo, hierro, calcio, sodio y al ser rico en pectinas, resulta muy útil a la hora de regular el colesterol alto.
Vamos, que os deja como nuevos, así que ahí va la receta, muy sencillita por cierto.
INGREDIENTES
- 500 grs. de membrillos ya pelados y descorazonados
- 500 grs. azucar
- zumo de 1/2 limón
- agua
PREPARACIÓN EN PANIFICADORA
- Se trocean los membrillos, ya pelados y descorazonados.
- Se baten junto con el azúcar y el zumo de limón.
- Se añade todo a la cubeta y seleccionamos el programa mermelada.
- Cuando termine rellenamos un molde o copas con el dulce de membrillo y lo reservamos en el frigorifico durante 24 horas hasta que coja consistencia.
PREPARACIÓN TRADICIONAL
- Cocemos los membrillos cubiertos de agua en una olla durante media hora.
- Cuanto templen, los pelamos, cortamos y pesamos y trituramos con un pasapuré o una batidora, y añadimos la misma cantidad de azúcar.
- Los ponemos en una olla a fuego lento durante media hora removiendo constantemente hasta que el membrillo pierda toda la humedad y coja la consistencia adecuada
- Los ponemos en el molde correspondiente y lo dejamos enfriar al menos 24 horas.