¿Quien no recuerda a ese Popeye dandose atracones de espinacas y liándose a mamporrazos con Brutus, todo esto gracias a la fuerza y energía que le conferían éstas?....Pues todo mentira.
Siento desmontaros el mito, pero todo ello se debía a una falsa creencia que atribuía a las espinacas un alto contenido en hierro y como por aquel entonces las anemias estaban al orden del dia, se utilizó la figura de Popeye para estimular el consumo de espinacas. Con el tiempo (y una caña) y posteriores estudios nutricionales, se sabe que el contenido en hierro no es tan alto como se creía, pero sí posee vitaminas A, C y E, y mucha fibra, con el correspondiente beneficio intestinal, así como una gran cantidad de nutrientes y muy pocas calorias, así que mis querídisimas OLIVIA, aunque ya no mireis a Popeye con los mismos ojos, siempre os quedarán sus espinacas....
INGREDIENTES:
- 1 láminas de hojaldre de LIDL.
- 1 kg. de espinacas.
- 250 grs. de queso suave. (En este caso Gouda)
- 3 huevos tamaño "L".
- Nuez moscada y pimienta blanca molida al gusto.
- 125 grs. de mantequilla.
- 2 cebollas medianas
- Sal al gusto.
PREPARACIÓN:
- Cocemos las espinacas al vapor durante unos 10 minutos y escurrimos bien.
- Pelamos las cebollas, las picamos y las doramos en la mitad de la mantequilla.
- Agregamos las espinacas y rehogamos un par de minutos.
- Echamos los huevos batidos, el queso rallado y sazonamos con sal, pimienta y nuez moscada.
- Derretimos la mantequilla restante.
- Colocamos la lámina de hojaldre en la bandeja de horno y la pincelamos con la mantequilla.
- Extendemos la mezcla de espinacas encima del hojaldre, lo cerramos como si fuera un brazo de gitano, y volvemos a pincelar de mantequilla, sellando bien los bordes.
- Horneamos con el horno precalentado a unos 180º durante unos 30-40 minutos.